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No es la primera vez que piezas de artistas cubanos contemporáneos atesoradas por este coleccionista español se exponen en la Isla y en el extranjero. En esta ocasión, Lesbia Vent Dumois, Premio Nacional de Artes Plásticas en 2019, tuvo a su cargo la inauguración de una muestra que exhibe obras de Alfredo Sosabravo, Manuel Mendive, Pedro Pablo Oliva, Roberto Fabelo, Rafael Pérez Alonso, Ernesto Rancaño, Alexis Leyva Machado (Kcho), Luis E. Camejo, Douglas Pérez Castro, Juan Roberto Diago, Vicente Hernández, Niels Reyes, Eduardo Méndez Navarro, Alfredo Gómez Cangas, Roldán Lauzán, Yaily Martínez Molina, Gabriela Pez y Daniela Águila.

Arte con arte, cuya gran diversidad de artistas y discursos representa un reto a la curaduría, pudiera verse como un paliativo a los rigores y dolores por los que ha atravesado —y atraviesa— el mundo, y Cuba como parte de este. Por eso empiezo mi recorrido por la alegría que generalmente trasmite Sosabravo, quien durante su larga labor creativa ha desarrollado una rica gama cromática, un intencionado uso de las texturas y una composición compleja, junto a una mirada ingenua, a veces humorística; las obras seleccionadas, del lejano 1974, y un torso tridimensional más reciente, identifican su estilo. Mendive llega con su universo mítico de religiosidades africanas y su lenguaje mágico-simbólico, extendido del lienzo a la escultura; pero no se trata de una visión folclorizante, y, por ello, superficial: cada pieza suya implica una detenida conceptualización y trasluce su enorme cultura. De Pedro Pablo Oliva, creador de mensajes inacabados, herederos de un expresionismo de pulso popular, se muestran obras de varias etapas, que ratifican una inagotable iconografía personal —no pocas veces deudora de Chagall, o unos pezones-ojos que nos conducen a Mendive—, reminiscencias de la infancia en el campo, alucinaciones, fábulas y símbolos escondidos en la memoria, como la frustración de un niño con su papalote, quizás por falta de aire para elevarlo, y, también en el plano aéreo, pero más actual, la escultura evocadora del mítico Matías Pérez, desaparecido, quizás, por exceso de aire.

Destaca, además, la exhibición del cuadro “La abducción del niño Jesús” (2021) que rinde tributo al artista visual, Ernesto Rancaño, uno de los exponentes de las artes plásticas contemporáneas más destacados de su generación en la isla, quien falleció recientemente.

Por su parte,el coleccionista y curador español, Luciano Méndez, llegó a la isla por motivos profesionales en los primeros años del nuevo siglo e interesado por la creación caribeña su labor filantrópica supera las 600 obras, una parte de ella depositada en el DA2 de Salamanca para ser exhibida.

Esta colección ha sido expuesta en la Embajada de España en Cuba (2011), en el Museo Servando Cabrera (2013), en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso (2018) y en el Museo Domus Artium de Salamanca, España, en tres ocasiones.